domingo, 7 de marzo de 2010

Igualdad legal, pero no real (8 de marzo)

Desde este rincón, no quiero pasar sin dedicarle una entrada a este día, día que representa la lucha por la "igualdad de derechos" de muchísimas mujeres a lo largo de los dos últimos siglos.
Algunas utopías de finales del XIX, gracias a la lucha de estas mujeres, hoy son realidades; espero que, utopías de hoy ya no lo sean mañana.
En el ejercicio de mi profesión, he intentado e intento aportar en este tema, como en tantos otros, un criterio a mis alumnos/as. Lo primero que siempre les he explicado, antes de entrar en otras consideraciones, dado su edad (en ocasiones adolescentes, en otras preadolescentes), ha sido la definición de machismo y feminismo; puesto que, hay una tendencia, nada ingenua, a contraponer los términos. Para ello, he utilizado un instrumento nada sospechoso, el diccionario de la RAE, que dice:
Feminismo.-
1. m. Doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los hombres.
2. m. Movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres.
Machismo.-
1. m. Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres.
A la vista de estas definiciones es claro mi posicionamiento, al defender que las mujeres y los hombres somos iguales en derechos y evidentemente en deberes, y que el sexo no puede condicionar ninguna situación en la vida. No creo que tenga que aclarar mi rechazo a cualquier tipo de actitud machista, así como xenófobas, racistas, integristas o cualquier tipo de intolerancia hacia el otro/a. En este camino, estamos muchas mujeres y hombres, pero esto no es una cuestión de muchos/as, es una cuestión de todos/as.
En nuestro entorno, hemos alcanzado la igualdad de derechos a nivel legal, pero no real; las relaciones hombres-mujeres siguen, mayoritariamente, ancladas en moldes machistas que hay que cambiar, pienso que por el bien de los unos y las otras; pero, lo dramático es que antes de alcanzar esta igualdad real, ya están surgiendo voces "neomachistas", que sin cuestionarla por no sostenerse un posible argumento, están cuestionando sus "supuestas consecuencias". No podemos caer en esta trampa, como tampoco podemos admitir como válidos, los modelos que nos presentan los medios de comunicación, modelos nada ingenuos y en la mayoría de los casos perniciosos.
Volviendo a mis alumnos/as, se quedarían ustedes perplejos de sus maravillosos razonamientos, en relación a este tema. Ellos y ellas harán posible que la igualdad de derechos legal pase a ser una igualdad de derechos real.

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