Cuando la mirada es tierna,
pero el alma está escondida,
las palabras
se amontonan,
y saliendo de la boca
esas palabras confusas,
ocultan miedos y dudas.
Se esboza una gran sonrisa
que es irónica, sin duda,
como un muro infranqueable,
nadie lo puede saltar,
porque el alma está escondida.
Y en el juego de un encuentro
cuando dos almas se juntan,
un cuerpo grita otro cuerpo,
y
sus miradas se cruzan.
Una piel
busca unas manos
que la exploren con ternura.
Unas lenguas desatadas...
En el juego de un encuentro
cuerpo y alma de mortales,
entre ellos se desnudan.
lunes, 9 de mayo de 2011
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