martes, 6 de marzo de 2012

Y... la nada.

Niebla.
Espesura que vuelve invisible lo visible,
fría, envolvente y cegadora.

Niebla.
Espesura blanquecina
que todo lo llena, todo lo vacía.

La nada
me envuelve,
me estremezco,
tiemblo...

Intuyo,
creo intuir.
Encuentro,
creo encontrar.
Pero...
no hay ni atisbo de certeza.

Y...
La envolvente espesura blanca de la nada,
la blancura espesa de la niebla,
me engulle.

3 comentarios:

Elisa dijo...

Me gusta mucho este poema.
Transmite muy bien la sensación de de cómo nos podemos sentir cuando estamos perdidos en un mar de incertidumbres y no podemos (o no sabemos)ver lo qué tenemos a nuestro alrededor y la frustación de que aun intentándolo no lo conseguimos.

Mara dijo...

Gracias por tu comentario.
Un beso.

Mara dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.