martes, 23 de noviembre de 2010

GRIS...


El  cansancio se instala en mis entrañas y...
todo me parece
GRIS,
de un horrible y nauseabundo gris blanquecino.

Lejana cercanía,
cercana lejanía,
no hay matices en su color.

Esa angustia gris, como la ceguera blanca,
intenta apoderarse de mí alma,
semeja un mar encrespado y embravecido
que quisiera engullirme.

Una espesa niebla que me impide
ver, oir, oler, sentir...
Y cierro los ojos,
para pintar de colores el aire.
Ilustración: Mark Rothko.

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