todo me parece
GRIS,
de un horrible y nauseabundo gris blanquecino.
Lejana cercanía,
cercana lejanía,
no hay matices en su color.
Esa angustia gris, como la ceguera blanca,
intenta apoderarse de mí alma,
semeja un mar encrespado y embravecido
que quisiera engullirme.
Una espesa niebla que me impide
ver, oir, oler, sentir...
Y cierro los ojos,
para pintar de colores el aire.
Ilustración: Mark Rothko.
No hay comentarios:
Publicar un comentario