domingo, 28 de noviembre de 2010

Ramón Gil, un poeta y su poesía. Hoy quizá...¿Bartleby?.


Hace un año, leía en el blog de Ramón Gil este maravilloso poema "Dejaste la casa intacta",  que como toda su poesía está escrito con una mesura, esmero y sensibilidad que lo hacen exquisito.
Ahora, su autor nos priva de nuevas creaciones y sus "Textos ocasionales" semejan una casa abandonada, en la que hay que separar las telarañas y el polvo despositado por el paso del tiempo para poder gozar de ella.
Tomo su magnífico blog, como si de un libro apilado en una estantería se tratara, lo entreabro,  releo y ...  vuelvo a  conmoverme con su maravillosa literatura.
Hoy como ayer, experimento el inmenso placer que me provoca su lectura, vibro con la estética combinación de sus palabras y al intuir las sombras que cada una de ellas arrastra, siento... siento profundos sentimientos.
Difícil me resulta seleccionar uno sólo de sus poemas; aún así, he traido este a esta página.
Califiquenlo ustedes, para mí... Sobresaliente.

Dejaste la casa intacta

Dejaste la casa intacta.
Sé que a veces decías palabras como tarde,
como lejos, como nunca.
Decías “es tarde”, decías “iré lejos”,
decías “no volveré nunca”.

En la casa habitan ahora esas palabras.
Raíces que se asoman sin cauce
creando silencios claros.

Mi espalda está de frente.

Dejaste la casa intacta.
Si pudieses volver. Si pudieses.
La casa está sin horas.
Las mismas grietas,
las mismas paredes de tacto frío.
Las mismas palabras acunándose
huérfanas,
cayéndose sin labios.

Dejaste la casa intacta.
Sé que a veces las palabras nombran,
no significan, nombran.
(Un animal astuto las interpreta.
Su propiedad es el instante
en el que miente)

Créeme, el poema no está inacabado

Autor: Ramón Gil Sánchez.

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