"Desde que estoy en la casa, lugar extraño e íntimo, suceden acontecimientos singulares, o incluso habituales pero singulares en este lugar. He recuperado el sueño: no sé desde hacía cuánto no dormía, quízá desde hace generaciones. Pero ahora me sucede que me adormilo y sueño. En verdad, no creo que el mío sea sueño humano, destinado a colmar con cíclica mudanza mi cotidiano cansancio; es el sueño el que debe conducirme a soñar; y creo que he vuelto a dormir porque sin sueño no puedo soñar, y soñar es necesario, en la ciénaga. No hablaré ahora de mis sueños, sino que contaré otra singularidad. Cuando me dispongo a dormir, cuando estoy a las puertas de la somnolencia y del sueño, cae la noche. Es una noche instantánea, y carente de tarde o de crepúsculo: una noche que invade mi casa y oculta la ciénaga; pero esto me resulta claro: que la noche no llega de forma natural, sino sólo porque yo quiero dormir."
Fragmento de "La ciénaga definitiva" de Giorgio Manganelli.