Porque somos como troncos de árboles en la nieve.
En apariencia, están blandamente apoyados en la superficie, de modo que se los puede apartar del camino con un pequeño empujón.
No, eso no es posible, están unidos a la tierra con firmeza.
Pero cuidado, incluso esto es aparente.
"Los árboles" de Franz Kafka.
sábado, 30 de noviembre de 2013
Papelitos de colores
" Yo creo que la culpabilidad es la mejor arma de tortura contra nosotras desde que somos niñas, porque vivimos entre "noes" y cuando nos rebelamos y decidimos que si queremos algo y que podemos lograrlo, nos encontramos con que ya nos han roto y nos han barrido del alma muchísimos papelitos de colores, haciéndonos creer que ninguno es para nosotras". Elena Poniatowska.
sábado, 16 de noviembre de 2013
Fotografía
Ojos que conocen la mirada en que se posan,
dejan con sus alas
un anhelo suspendido.
Bocas sonrientes,
desgranadoras de besos.
Pieles recorridas,
labios recorriendo.
Almas palpitantes,
torbellino,
deseo.
Una Luna plateada
fotografía ese sueño.
domingo, 20 de octubre de 2013
Almas
Al son de vibrantes cuerpos,
unas almas se entrelazan.
Precipitan sus deseos,
y una música desgranan.
En la luminosa noche
que provocan sus miradas,
ella se siente que es él;
al tiempo,
siente él, ser ella.
Y...
En explosión de sentidos,
arrulladas por la Luna,
esas almas se desgarran.
miércoles, 2 de octubre de 2013
jueves, 1 de agosto de 2013
Escuela Pública
En el día que comienzan las vacaciones de los docentes, quería reflexionar de nuevo sobre lo que supondrá la LOMCE en palabras del profesor Antonio Notario:
http://esteticayfilosofiadelamusica.wordpress.com/2013/05/16/comienza-el-final/
http://esteticayfilosofiadelamusica.wordpress.com/2013/05/16/comienza-el-final/
viernes, 11 de enero de 2013
Sombras, jaulas...
Sombras, jaulas,
tu espejo.
Esa luz que ya no veo.
Sombras, jaulas,
tu magia.
Esa ilusión que no siento.
Sombras, jaulas,
mis sueños.
Esa voz que no me oye.
Sombras, jaulas,
mis miedos.
Tu no estás.
Y con el eco de mi grito, muero.
tu espejo.
Esa luz que ya no veo.
Sombras, jaulas,
tu magia.
Esa ilusión que no siento.
Sombras, jaulas,
mis sueños.
Esa voz que no me oye.
Sombras, jaulas,
mis miedos.
Tu no estás.
Y con el eco de mi grito, muero.
lunes, 3 de diciembre de 2012
Fragmento de "La ciudad del Gran Rey", O.Esquivias
" De hecho, llegar al Infierno desde aquí es lo más sencillo, seguro que más de una vez han estado ustedes a sus puertas. A veces uno dobla una esquina y siente una congoja en el alma, ¿no les ha pasado?, y entonces el silencio les envuelve y sienten el dolor: dolor por vivir, por estar solos, porque no reciben tanto amor como merecen, qué se yo, cada cual conoce sus penas. Luego uno cruza la calle, repara en otra cosa y se tranquiliza. Aquella acera que hemos abandonado era la del Infierno y si la siguiéramos hasta el final o nos hubiéramos metido en cualquiera de sus portales, habríamos llegado al lugar del que ya no se regresa. Así son las cosas. En otras ocasiones nuestro corazón es como un imán que se siente atraído por el abismo. ¿Nunca han sentido una inquietud grande que les ha expulsado de su casa y les ha obligado a vagar por la ciudad, buscando a alguien desconocido? Uno va mirando a los ojos de las mujeres y si finalmente se engancha con una dominada por el mismo desamparo, los dos acaban en el Infierno. No hay tutía."
"La ciudad del Gran Rey", novela de Óscar Esquivias, forma una trilogía exquisita junto con "Inquietud en el Paraíso" (la primera) y "Viene la noche" (la tercera). Este autor, con su virtuosa pluma, nos sumerge rápidamente en una narración apasionante. Es tierno en ocasiones, y desgarrador en otras; mostrándonos el esperpento de la guerra; al tiempo que, las grandezas y miserias del alma humana. En esta novela nos lleva, yo diría, por un "No-Burgos" mutante, como mutante es la vida, en 1936.
domingo, 23 de septiembre de 2012
Arcoíris
Colores vibrantes,
en un cielo gris plomizo.
Ilusión intangible.
Magia efímera.
Sueños.
Ayer lo sentía mío,
y tu dijiste que era tuyo.
Pero hoy es nuestro,
me lo susurraste al oído,
al tiempo que sujetabas mi mano.
Nuestro, me dijiste.
Nuestro.
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