Tu mirada tímidamente se acerca,
un instante
y de nuevo tu mirada,
recorrido de tus ojos, ojos negros,
recorrido
hasta llegar a los míos,
un encuentro.
Un encuentro inesperado,
en él,
dos miradas
se cruzan, se detienen y se escrutan.
Y tu enérgica mirada de una serena ternura
penetra en la mía,
se instala y dulcemente me arrulla.
Un encuentro inesperado de dos almas.
Y un ahora,
su recuerdo
en el que encadeno un sueño,
un sueño,
sueño posible,
nunca un imposible sueño.
miércoles, 19 de mayo de 2010
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